La familia se reúne en mi casa. Serán unos días de volver a ser cuatro y comer comidas especiales, nadar, inventar y discutir verdades existenciales. Me gusta, este verano, poder recibirlos en mi casa, sentir cómo lo hacen todo suyo o lo dejan por completo en mis manos. Es inquietante lo que hace el paso del tiempo cuando miro a Juan Pequeño en brazos de sus padres y oigo el eco de mi estómago. Ahora soy yo la que acoge. ¡Qué desquiciante crecer!
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1 comentario:
Así es, inquietante o no: quien fue hijo y hermano posiblemente será padre y sobrino, quien fue niño con seguridad será adulto, quien ocupó habitación en casa de sus progenitores algún día arreglará el cuarto pequeño para acogerlos en verano si vive junto al mar.
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