Inventamos días internacionales para todo. Se acaba convirtiendo casi en un circo y en una escusa para celebrar lo primero que se nos ocurra. Dentro de este panorama tengo que reconocer que hay una fecha especial que yo celebro con ilusión todos los años: el día del libro. Además, hoy he descubierto, casi por casualidad, que es el día internacional de la poesía y creo que si lo hubiese sabido con tiempo me habría enamorado de esta fecha y habría preparado una cena poética o cualquier merienda o cualquier escusa.
Descubrí la poesía de pequeña, de labios de mi madre cada vez que me ofuscaba y me decía aquello de "la princesa está triste". En el instituto y en la universidad me estuve acercando a ella con una mezcla de respeto, curiosidad y hastío, como si no terminase de estar sincronizada con los versos. Aún así, robaba estrofas, expresiones concretas, las subrayaba en los libros, las apuntaba en mi agenda... Incluso empecé a escribir algunos poemas por mi cuenta, nada que se pueda recuperar, pero que permanece en mi memoria. Mientras escribo estas frases pienso en aquel primer verso que pensé, me sitúo en el espacio donde me encontraba, siento el aire en la cara, las nubes sobre mi cabeza, el silencio en mi pecho... y aquel primer verso dramático y contundente que desencadenó mi curiosidad.
Mi primer poemario se llamaba Memento mori (recuerda que tienes que morir) y lo escribí por un frustrado amor de verano que quería eliminar de mi cabeza. Entre aquellos versos y los de hoy no sólo han pasado los años. Es curioso. También han pasado muchos poetas. Hace unos tres años, más o menos, viajé a Madrid a tomar una botella de vino con Marta y, ante la angustia de no poder leer novela, me decidí por acercarme a la poesía. ¡Menudo encuentro! Recuerdo llevar el bolso cargado de libros de poemas y recuerdo sentir por fin la sincronía con los textos.
Un antes y un después de todo, supongo.
Esta mañana, después de salir de la ducha, con un café y los ojos pegados, revisaba la última prueba de amar es aquí, mi primer libro de poemas -que saldrá a la venta el mes que viene con Ediciones Torremozas. Es curioso el crecimiento, es curioso cómo el tiempo va poniendo cada cosa en su sitio. Es curioso que hoy sea el día internacional de la poesía.
(Aquel día él nos preguntó "¿creéis que la literatura puede salvar una vida?" y nosotros comenzamos a pelearnos a voz en grito dentro del aula. Yo lo creía entonces. Ahora más bien lo sé).
1 comentario:
No más días sin poesía, ni noches sin estrellas. ¡Enhorabuena!
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