Se encienden las luces y no sé si estoy sentada en una silla negra empezando Cabaret. Me parece que en cualquier momento Noelia va a darme una última indicación y que besaré a Chica entre bambalinas haciéndolo prometer que no se lo dirá a nadie, que Diana va a subirse a mi espalda o sonarán las trompetas que indican que se acerca el enemigo cuando Carolina salga fumando un cigarrillo largo. No lo sé. Pienso en Ramón cayendo de la deux con un crujido sordo, en Luis Carlos corrigiéndome una frase, en Ca subido en el carretón, en Eva ofreciéndome unas medias negras de pecado.
Se encienden las luces y, de alguna manera, la magia no es la misma sin ellos. Necesito los ensayos previos de última hora en el escenario del Aula Magna, las carreras por los camerinos, el perseguir a Carlos señalándole el reloj, las escaleras horribles, el jaleo de idas y venidas de amigos y familiares.
Echo de menos el teatro de Mamadou, arriesgarme, aprender, tropezar y bailar descalza un vals con Miguel en el escenario hasta perder la cabeza.
Será que hoy soñé con Javi y con Vanesa, que por primera vez voy a actuar con micrófonos o que el tiempo no perdona a nadie y que, cuando pienso en aquellos años, me siento contando batallitas del pasado.
2 comentarios:
en las bambalinas habita el secreto de la cosas...sé que lo encontrarás
mucha mierda compañera! que mal que suena...pero es que sino da mal fario
un abrazo enorme
nos cruzmos a tiempo real...de blog a blog...fantástico!
otro abrazo
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