Un amigo de Chica tiene la teoría de que la culpa de todo la tiene la imaginación. Al imaginar, proyectamos hacia el futuro posibles e imposibles, jugamos con las posibilidades inventando una subjetividad demasiado basada en las viejas lecturas o en las películas que acaban por terminar bien. Al imaginar, despegamos los pies del suelo para soñar, despertamos gigantes. Así que el amigo de Chica propone dejar de imaginar y vivir cada instante como si fuese único. Me pregunto de dónde saca su fuerza de voluntad.
Es muy normal, cuando estoy con Chica, comenzar las conversaciones por un "¿te imaginas cuando...?" y acabar a carcajadas. Supongo que la imaginación es un defecto que se me desarrolla más con él. Aunque, a decir verdad, todavía no tengo una opinión clara sobre la teoría de su amigo. Me parece obvio que, frente a una capacidad tan desbordada de fantasear como es la mía, un poco de realidad de arena y piedra es mucho más sana que seguir flotando sobre el suelo.
Y es que lo malo de volar, cuando superas el vértigo, es ansiar cada vez llegar más alto y, entonces, desde las cimas del mundo, comprender la ley de la gravedad besando de nuevo el terreno. Escupir tierra siempre sienta mal, pero escupir tierra después de masticar estrellas, llega a ser insoportable.
Por otro lado, Chica clama por la magia de este momento, cuando somos libres para jugar a cualquier juego, cuando todo lo tenemos por ganar. Pero claro, a él le salieron las cartas del palo del corazón y a mí se me mezclaron las picas con los diamantes.
2 comentarios:
"Escupir tierra siempre sienta mal, pero escupir tierra después de masticar estrellas, llega a ser insoportable."
qué grandísima verdad!
respesto a la teoría de ese amigo, leí en alguna parte que cuando imaginamos o deseamos algo en nuestra mente y se cumple lo olvidamos rápido, lo que no se cumple vive más en nuestro corazón, y no es peor por no ser real, porque de hecho ya se ha materializado en belleza...y se me quedó grabado y guardado en mi cajita de grandes verdades también...
;)
"La vida y los sueños son paginas de un mismo libro: leerlo en orden es vivir, hojearlo al azar es soñar"...
A. Schopenhauer (creo)
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