Mi ordenador intenta boicotearme para que tenga que volver a entrar en casa en lugar de trabajar en la terraza, estudiando filosofía mientras mis vecinos hablan en inglés, tomo una copa de lambrusco y la buganvilla, impertinente, pretende que no deje de mirarla. Creo que las nuevas tecnologías actúan contra mí.
La tarde es perfecta. Una suave brisa invita a los visillos de mi dormitorio a ondear fuera de la habitación, las macetas están recién regadas y los árboles del zoo traen los sonidos de los pájaros que comienzan a acostarse. Estoy agotada de mantener mi mente ocupada en pensamientos abstractos y los libros que he adquirido en la Feria del Libro me aguardan sobre la mesa como cerezas tentadoras. Pero hay que hacer lo que hay que hacer. Por eso leo sobre Marx y sobre Hegel, memorizo Aristóteles e invento mil escusas para deambular sin centrarme en el texto.
Así que no sé si agradezco o aborrezco los absurdos intentos de mi ordenador por encerrarme en el despacho de casa. Por ahora me ha dejado escribir esta entrada, será que quiere que invierta en otras cosas mi tiempo.
2 comentarios:
Son tiempos para leer a los filósofos. Como dijo Platón, creo, los políticos deberíann ser filósofos.
Siempre estupendos los post que nos dejas. Un placer poder volver por tu casa de nuevo.
Saludos y buen fin de semana.
Publicar un comentario