lunes, 8 de noviembre de 2010

lo que trae el otoño


Siempre he sentido que la inspiración venía a mis ventanas con las hojas amarillas de los árboles y quizá es por eso por lo que este año se retrasa hasta que conduzco de camino a casa de mis padres. Es abandonar las fronteras de la costa, acercarme a las montañas, y las ideas comienzan a asaltarme haciéndome sentir deseos de parar el coche para tomar notas. 

Casi soy incapaz de prestar atención a la carretera durante la última hora de viaje. Mientras los árboles dorados van recorriendo los márgenes de la autovía, el personaje que se va diseñando dentro de mí, toma la palabra para relatarme su historia. Se mezclan los detalles más irrelevantes con los datos que realmente tendrán cabida en la posible novela. Puedo recordar un hecho de su infancia al tiempo que la contextualizo en un presente desconocido, intuyo incluso su futuro, aunque no pueda enfrentarme a él todavía. Es curiosa esta imaginación casi arquitectónica que eleva de la nada, de la más remota idea, la historia completa de alguien que existe únicamente en mí. Como un edificio que se va culminando conforme lo miro y se cubre de detalles, así va creciendo ella cuanta más voz le doy. Su tarea es confundirme. 

Cuando llego a recoger a mi hermano, el aire gélido, que todavía no había conocido este año, me besa las mejillas haciéndome sentir que la piel se me estira. Sé que palidezco y que el pelo me olerá a invierno y a promesas de diciembre aunque todavía sea pronto. A Javi le toca reírse de mi cuerpo tembloroso y burbujeante de palabras mientras le relato, sin darle tregua, las ideas que me han ido anidando. Así que el último tramo lo conduce él, para dejarme las manos libres dispuestas a recibir el otoño, para convocar a los gigantes de piedra y escapar a donde todo es como yo quiero que sea. 

(Bienvenida inspiración, siéntate mientras termino de ordenar la casa)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no la hagas esperar mucho sentada, que tan pronto viene se va...;)

Anónimo dijo...

que bien =) a mi la inspiración me abandona cada vez que me descuido! muá