Los cajones de la cómoda cierran bien. La luz de la cocina ya funciona. El reloj marcha. Ha desaparecido la ropa sucia. Hay jamón en el frigorífico. No encuentro las pelusas. Hay delicias árabes en el recibidor. Tengo un nuevo programa en el ordenador.
Pero sobre todo, como cuando era pequeña, han crecido huevos de pascua de chocolate en mis macetas. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
4 comentarios:
Qué bonito, Patricia!! q suerte poder contar con ellos!
la sensacion de su presencia casi se puede respirar...
:)
A ti si que te crecen cosas raras de las macetas, no?
jajajaja
Saludos y un abrazo.
Y como darse cuenta de que ya se han ido... Ya no hay pastillas para el corazón al lado de los condones en el primer cajón de esa cómoda.
¿Huevos de chocolate con sorpresa?
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