lunes, 22 de marzo de 2010

mis talismanes


Leo talismanes de Borges. Me emociona ese final inesperado al volver la página del último libro de poemas que ha caído en mis manos.

Pienso ahora en mis talismanes, en los de esta yo de ahora que guarda una cáscara de nuez sobre la mesa sólo porque suena bonito cuando se roza, sólo porque parece un corazón partido por la mitad y me inquieta. Mis talismanes son los mil bolígrafos de colores que nunca sé para qué usar, La voz a ti debida de Salinas, mi taza de café, las acuarelas.

Mis talismanes son unos trozos de cristal y un anillo de rosario, el oso de peluche que duerme conmigo desde niña -ya no hay más remedio que reconocerlo hasta aquí-, La joven de las naranjas, Gloria Fuertes, la novela de Peter Pan y el reloj de bolsillo abrazando la vela de todas las cenas.

Mi talismán es un abrebotellas que Jose me legó en la despedida y una mirilla rota. Una nota doblada de Marta deseándome un buen día, la pluma que esta navidad me regaló Javier, tu canción a veces, una colección de corchos de botella y algunas fotografías en una lata de bombones.

Mi talismán es una libreta negra inundando siempre mi bolso. Quique González en Salitre, mi vestido preferido y el recuerdo constante de la orilla del mar.

Algunos entre mis cosas, adornando la estantería, rellenando mis cajones, las cajas de música casi vacías, tropezándose conmigo por sorpresa cuando creía haberlo olvidado todo por el peso de esa sombra que nombra el poeta.

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