Ayer, antes de salir pitando para una cena mexicana en casa de unos amigos, cuadernodebitácora -me habría gustado enlazarte a algún sitio, pero en tu perfil no puedo entrar a ningún blog- me preguntaba por qué escribía aquí y por qué no me costaba hablar de mí.
La respuesta, aunque no lo parezca, es bien sencilla. Escribo como parte de una penitencia. O quizá sería mejor decir: comencé a escribir sobre mí como parte de una penitencia. Hace un año y medio, más o menos, viví uno de esos momentos que todos tenemos en que un terremoto echa abajo los pilares de la vida que llevabas mucho tiempo construyendo. Entonces sólo queda un precipicio y tú. Lo que ocurrió fue simple. Me bloqueé y era incapaz de escribir nada. Me aterrorizaba la idea de llevar el lápiz al papel, los dedos a las teclas... Un cura amigo, un mes después de la catástrofe, mientras le contaba todo en confesión, me preguntó simplemente: "¿estás escribiendo?".
Después de escucharme, con una sonrisa enorme, José Luis dijo: "Tu penitencia es comenzar un blog en el que hables de ti, de lo que sientes y vives ahora, de todos estos cambios".
El blog se llamó naufragada, algunos lo conocisteis e incluso os enfadasteis cuando lo cerré. ¡Pero es que yo ya no me sentía naufragada! Entonces, cuadernodebitácora, me obligaron algunos lectores amigos a crear otro blog en el que poder cotillearme. Así nació trampas y cartón, en Madrid, en casa de Marta.
¿Y por qué no me cuesta hablar de mí? No tengo ni idea, quizá porque soy exhibicionista o porque también he hecho teatro como tú o porque durante muchos años fui un secreto y ahora quiero ser un grito o porque amo o porque los que me aman están lejos o porque tengo siempre el mundo lleno de palabras y necesito describir y describirme.
Lo único que puedo decirte es que resulta absolutamente liberador dejaros aquí todas estas tonterías y continuar viviendo sin el peso de las palabras dentro. Porque cuando no dices lo que tienes que decir, o por lo menos, cuando yo no lo digo, siento que tengo el estómago lleno de cadáveres de verbos, adjetivos, nombres, determinantes... y que no me dejarán flotar en el mar.
9 comentarios:
Porque quizás, algún día alguien te lea y se sienta identificado, y simplemente porque necesitar ordenar en palabras lo que tu mente enreda a su antojo...
No dejes que las palabras inertes te hundan en el salado mar ^^
Hola
Gracias a la publicacion de un poema de Ana Martín Puigpelat en tu blog y por el azar de encontrarme estudiando hoy en la biblioteca frente a la seccion de poesia y que mis ojos estaban a la altura de la M ahora tengo un libro de ella entre mis manos ( "deuda").
Gracias por darme a conoces a esta autora, pinta bien.
;)
Chuleo y te cuento que tengo el borrador de Deuda en mi ordenador? Espero que lo disfrutes!
Cuando uno escribe saca las pulsiones interiores, inconscientemente, pero el mundo gira a nuestro alrededor, y la mayor de las veces, nos estorba. O nos agrada, y tenemos que decirlo a boca llena. De una manera o de otra.
Saludos y un abrazo.
describes a la perfección la necesidad que una tiene de escribir, de expresar de algún modo para no estallar...
describes, escribes y lo haces muy bien! =)
-...o porque durante muchos años fui un secreto y ahora quiero ser un grito- ^^ Eres grande mujer..!=)
Escribir por necesidad, por terapia o por el simple placer de escribir.. porque hay que liberarse de los verbos, sustantivos y adjetivos.. me gusto lo del grito tambien :)
un saludo
jajaja me pilló lo de exhibicionista, creo que todos tenemos un poco de eso, exhibicionistas y voyeurs que no? ami por mi parte, también me gusta escribir de mi, de mi vida, de nada más. podré ser egoísta pero es lo único que puedo decir que intento conocer, en fin. escribir es una catarsis, es lo mejor que hay!
un saludo y enhorabuena el habernos encontrado :D
Tu escribes porque eres letra y sin ella no podría escribir mi nombre ;))
Besos deletreados
Publicar un comentario