Mi mejor amigo se perdió con un grupo de scouts durante uno de nuestros campamentos, pasaron dos días fuera, uno de ellos sin agua para beber. La noche en que volvieron, mi amigo, abrazado a mí, hablaba en sueños diciendo que tenía sed y se despertaba, sobresaltado, buscando la botella de agua como si le fuese la vida en ello.
Lo que quiero decir es que, a veces, después de haber experimentado un momento difícil, continuamos viviendo como si todavía estuviésemos allí, repetidas veces, siempre muertos de sed.
Necesitaba serenarme, preguntarLe, descubrir.
Poner en orden una vida detenida. “Vivir no es sobrevivir”. “Sal de tu tierra”.
Sal. Elige.
No recordaba el miedo a los cambios con tanta intensidad como ahora. La pasión contra el corazón sobre el hielo. Perdonad la incomprensión, todavía no tengo las palabras necesarias para describirlo.
Me dijo Dios: “no te pido que me entiendas, sólo que te fíes de mí”.
Yo le dije: “soy fuerte, hazme valiente”.
Él me dijo: “no sabes lo pequeña que eres”.
Y respondí: “estoy equivocada”.
Fíate de mí. Elige. Conozco tu verdadero nombre.
Tengo miedo. Tengo sed.
4 comentarios:
"Sal. Elige"
Esos sueños yo los tengo de manera recurrente.
Presente
elijo
eliges / elegís
elige
elegimos
elegís / eligen
eligen
Gracias, Peter, estás en todo ;)
Todavía falta una:
"Fíate de mí. Elige. Conozco tu verdadero nombre"
Aysss
Sin acritud, bonito blog :)
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