Primero empiezas con cosas absurdas que haces sin darte cuenta. Empiezas a dormir sin pijama, después compras una crema porque te salen bolsas en las ojeras, pasas de la depilación tradicional a las sesiones de láser, compras más frutas y verduras, lees otras cosas, te molesta el desorden que no has creado tú, te enfrentas a la primera cucaracha que asalta tu territorio, te animas a preparar una comida nueva, eres absolutamente feliz con una cosa pequeña, es más, eres capaz de corregir una tristeza de barco a la deriva con una taza de té -aunque no te lo creas-, las pesadillas ya no te despiertan como gritos -las duermes, enteras, tranquila-, quieres estar guapa para ti, para nadie más. Enciendes velas. Te quedas sentada en la banqueta abrazada por la toalla sin pensar en nada, simplemente disfrutando de la paz. Cantas por la casa. Sonríes a los desconocidos cuando pasan. Usas camisones de seda. Cumples promesas que te has hecho a ti misma y las rompes sin castigarte. Lloras cuando lo necesitas -nada más-. Recuperas a alguien que creías perdido y miras la bandeja de mensajes recibidos con el corazón adolescente al encontrar un emblema que significó casi todo. Estudias inglés sólo por darte el gusto. Abres una botella de vino para tomar una copa. Compras un queso mejor del que comprabas sólo porque te gusta. Bebes más agua. Dicen que es sano. Subrayas los libros. Disfrutas del olor del café y subes los pies a la silla. Comienzas a llamar a las cosas por su nombre. Comienzas a dar nombres absurdos a las cosas sólo por reírte un rato. Pero ya no tienes cómo llamarte.
Porque estás yendo de ti hacia esa otra.
Esa nueva que serás quién sabe cuando, que asoma ya entre tus cosas con un aire nuevo de proyectos y renuncias.
Esa nueva tú -esa nueva yo-, horizonte, paisaje inexplorado.
5 comentarios:
No sabía que tenías otro blog!
Agrego también este.
Y esa imagen? lo has hecho tú? está muy guay.
Eso que describes se llama crecimiento; no te preocupes, no es contagioso, ni mortal, aunque sí es crónico.
Enhorabuena por tu desorden (lo conozco en primera persona, solo que cambiando la depilación láser por los tatuajes), creo que, aunque desquiciante, acaba siendo generosamente provechoso.
Un beso muy grande.
polar! este es el que va más en la línea del viejo fotolog, porque cuento cotilleísmos y pongo fotos! ¿te gusta el montaje? Llegué inspirada de clase y lo hice en mi moleskine!!
Antonio... sí, me estoy haciendo mayor, qué remedio!
ese viaje no tiene precio...está lleno de matices y conocimiento
Yo si me convierto en uno nuevo... eso es lo que ahce falta que no me conozca ni yo mismo...
jajajaj
Saludos y un abrazo enorme.
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