Tres años llenos de milagros, ternura, cuentos, canciones, gritos, besos, carreras, lloros, risas y siestas cortas.
Tres añitos.
Las palabras siempre se me quedan cortas si tengo que hablar de ellos o de Lucía y Marina, son, simplemente, abrumadores. Uno se pregunta como unas personitas tan pequeñitas pueden general tal nivel de felicidad con gestos tan sencillos como acariciarte la cara, sonreírte con guiños, abrazarte fuerte fuerte con sus bracitos delgados, acurrucarse en ti buscando refugio.
Son un regalo, un verdadero regalo transformándose hacia lo sorprendente. Y hoy me ponían los deditos de “tres” a través del teléfono.
3 comentarios:
Es que el tiempo pasa muy rápido.
Lo que hay que hacer es disfrutarlo.
Si es que son unos primores!!!
Creo que es porque .. los niños son seres " virgenes " en muchos sentidos, son carentes de malicia y eso los hace sinceros y transparentes.
Hermosas las fotos.
Salu2.
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