martes, 12 de febrero de 2013

el calendario de cuaresma


Este año me he visto en la tesitura de tener que resucitar un viejo calendario de cuaresma. Entre una visita de inspectores en mi trabajo, el lanzamiento de mi próxima novela y la redacción del libro que finalizará mi saga juvenil, no he podido rezar con paz las lecturas del tiempo de cuaresma. Mi amigo Fer (http://odresnuevos.wordpress.com/) me propuso la posibilidad de contar con las propuestas de cuaresma de hace tres años y mi hermano Javier (http://javirojo.portfoliobox.net/) se puso las pilas con los cambios en el calendario. Así que sólo puedo estar agradecida porque, sino hubiese sido por ellos, no habría podido compartir nada con vosotros. 

La cuaresma es un tiempo perfecto para las limpiezas de primavera, las limpiezas espirituales, para mí es un tiempo de luz y orden. ¡Ojalá vosotros también podáis disfrutar de estos cuarenta días de reflexión! 

lunes, 4 de febrero de 2013

cuando a las diez se me gastan las pilas


Da igual lo que haga, llegan las diez de la noche y empiezo a quedarme frita. No importa que me ponga una serie o una película, que lea o charle, no importa. Mi cuerpo se va relajando y empiezo a llorar de sueño -sí, de sueño-, comenzando a emborracharme de mí misma, torciendo las palabras al escribir y las ideas al pensar. Descubro, entonces, que he ido perdiendo la elegancia en el sillón y que, poco a poco, me he derramado sin darme cuenta hasta que mi cabeza ha descansado en el respaldo. Mis piernas largas llegan más lejos, la luz me molesta, el reloj se hace sonoro como si quisiese recordarme algo. No importa cuánto me resista, sé que lentamente me irá ganando, convirtiéndome en territorio de bostezos, con ojos entrecerrados. 

Entonces enfilo el camino hacia la cama, reuniendo las fuerzas que me quedan para desnudarme y ocultarme dentro del edredón blanco, tapada hasta las orejas, con un libro, el que sea, para convocar el último resquicio de vigilia y abandonarlo entre las páginas. 

Mi sueño no entiende de sábados y domingos, no distingue días entre semana. Llega a las diez, saluda y se acomoda, a sus anchas. Haciéndome la peor para una fiesta, la primera en despedirse. Mis padres cuentan que un día, esperando a sentarnos en un bar, me dormí de pie. Me lo creo. Buenas noches. 

viernes, 1 de febrero de 2013

un anónimo me asalta con mil dudas


Anónimo Anónimo dijo...

Qué alegría!!! Así da gusto un Febrero y sus visperas!! 
Ánimo con esa 4 parte, qué ganas de leerla (y de que salga la 3).
Por cierto, cuéntanos un poco más tus manías al escribrir, me ha gustado saber ese poquito que pones.
¿Escribes en papel y luego lo pasas al pc? parece que sí. Y esas fotos de las ilustracionestu misma haces y que que te inspiran para los libros... y ¿prefieres pc a mac? veo qeu tienes un acer... ¿oyes música mientras escribes?, ¿te haces fichas con los personajes? y... y... y...

Este ha sido el comentario que he encontrado en la entrada de ayer, así que, como me ha hecho sentir una estrella acosada por la prensa -y me ha hecho mucha gracia también-, voy a responder a todo lo que pueda. Lo primero, las manías. 

Iba a escribir que no soy muy maniática, pero de pronto he pensado en varios detalles y he decidido que cada uno valore según sus parámetros. No tengo un ritual a la hora de escribir, pero sí que me gusta, por ejemplo, recogerme el pelo. Me molesta casi cualquier cosa, así que me hago un moño en lo alto de la cabeza y, para más inri, me coloco una diadema para que no se escape ni un rizo. Necesito llevar ropa cómoda y me quito siempre el reloj. Me gusta prepararme un café al empezar e ir bebiéndolo mientras releo el capítulo anterior. Desde que descubrí la tienda Muji, utilizo un modelo de sus libretas para los esquemas de las novelas, me he vuelto una sibarita y no me sirve el folio blanco de toda la vida. Al principio hago esquemas generales y luego, conforme escribo, voy revisándolos en nuevos esquemas para cada capítulo. Me gusta utilizar rotuladores de colores y dibujar tonterías para convocar a mi inspiración. Por otro lado,  al utilizar pinterest, me doy un paseito por mi carpeta de Éldonon para coger fuerzas. No soporto que me interrumpan mientras escribo y soy incapaz de atender a quien me habla. ¡Ah! A veces me entra la neura de lavarme muchas veces las manos, suele ocurrir cuando estoy atrancada. 

Siempre escribo en el ordenador. No me daría tiempo a seguir el ritmo de mis ideas a mano. Así que a mano sólo realizo esquemas, como he dicho, y apunto algún diálogo o alguna idea. No sé a qué fotos de ilustraciones se refiere el comentario. A veces Marta ilustra mis portadas o hace algún dibujo que me sirve para Éldonon. A veces es Nacho el que se dedica a esa tarea. Yo hago algún bocetillo cutre de los lugares para situarme y descargo imágenes de internet para hacer mapas conceptuales que me ayudan bastante. 

Con respecto al tipo de ordenador, no soy nada tiquismiquis. Utilizo un portátil que compré por su autonomía y su poco peso. Pero no escribo las novelas en él. Suelo escribir en mi sobremesa que es una mezcla de varios ordenadores que montó mi padre. Me ayuda que esté en una habitación a parte en la que puedo aislarme de la casa y del mundo. Así me concentro mucho mejor. 

¿Qué me quedaba? ¡Ah, sí! La música y los personajes. Lo cierto es que sí que escucho música escribiendo. Antes me hacía carpetas de reproducción según la novela en la que estuviese trabajando. Pero tuve un trauma con un disco de Milow y desde entonces sólo escucho eso. En cuanto a las fichas de los personajes, para nada, no tengo esa paciencia. Los conozco. De vez en cuando tomo algún apunte si se me ocurre algún dato sobre su pasado o algo así, para luego no desdecirme, pero poco más. 

¡Madre mía, qué de cosas! En mi primera entrevista para la prensa, mi editora me dijo: "tú responde largo, di muchas cosas, así ocupamos más página". Se ve que esa lección la aprendí bien.

(He puesto una foto de escritora, escritora. Ya que hacía la gracia, la hacía completa)