domingo, 26 de febrero de 2012

revelación

Me despierto temprano en domingo porque temprano me acosté en sábado. Remoloneo un poco, lo he convertido en una nueva costumbre que no sé cuánto me durará. Al fin me levanto, voy al baño a la carrera, tanteo en los cajones en busca de un pijama con el que abrigarme y abro finalmente la persiana. El sol me señala cálido, las cortinas ondean levemente cuando dejo al aire pasar y salgo. No se escucha nada, sólo algunos ruidos en el zoo y los pájaros. Puedo escuchar mi propia respiración en el silencio. 

Me acerco a la barandilla y me apoyo, aunque tengo vértigo, intentando convencerme de disfrutar de este momento de quietud. Llevo el pelo recogido, pero algunos mechones se han escapado y la brisa me mueve los rizos. El aire aquí huele diferente, sabe diferente, es aire de mar aunque no vea el mar. 

De pronto caigo en la cuenta. Estoy aquí. Ésta es mi casa. Ésta es mi vida. Soy. Un calor extraño me sube desde los pies hasta la frente y sonrío. Por un instante siento ganas de abrazar el aire que me ha recordado todo esto, pero decido entrar a preparar mi café, a preparar mi espíritu para otro día de trabajo en la novela. 

viernes, 24 de febrero de 2012

el mito de la mujer zorro

Para mí es muy llamativo cuando una americana escribe sobre oriente, especialmente sobre China o Japón. Ahora leo a Angela Davis-Gardner en su Flor de invierno, libro que regalé a mi madre por navidad después del consejo de mi librera. Lo empecé anoche y ya quiero bebérmelo.

Entre las distintas historias, se habla de algunos mitos de la mujer zorro. La mujer zorro siempre se casa con un hombre al que hace feliz pero al que luego engaña y abandona. Hay quien sabe hablar con los zorros y eso es peligroso. Imagino a la mujer zorro muy hermosa. Con el pelo negro y una sonrisa enigmática.

Camino del trabajo, y también a la vuelta, me preguntaba cómo lo vería todo un japonés. Me gustaría despertarme un día y vivir mi vida durante una semana con la mente de un japonés. Siempre siento que ellos viven más en el momento presente que nosotros. Yo hago planes, adelanto acontecimientos, propongo mis propias profecías y observo el pasado como si fuera un mapa del presente que soy incapaz de ver. También creo que sería más ordenada y más sencilla. Me gustaría ser más sencilla.

Hay días en que me siento  un laberinto. Hoy he sido un poco un laberinto. De pronto, al girar el seto, estaba conjurando al destino, como cuando era pequeña y deseaba no tener lo que quería para que, así, viéndome tan convencida de lo contrario, el destino me regalase lo que añoraba secretamente. Si quería verte, deseaba no hacerlo con todas mis fuerzas. Entonces no sabía que el destino podía leer mis verdaderas inclinaciones. En el siguiente seto estaba una fuente, su sonido en la plaza y árboles de ramas cortadas, quizá llovía. Si imagino mi laberinto desde arriba, siento vértigo. Desde dentro sólo alimenta mi imaginación y al final no sé ni lo que veo.

Por eso me gustaría beber sake y vaciar mi casa, como en el libro. Y peinar mis rizos castaños como si fueran ebras negras. Y mirar las flores del ciruelo.

jueves, 23 de febrero de 2012

el camino de cuaresma 2012


Aunque con un poco de retraso, por fin puedo dejar aquí el camino de cuaresma para este año. Gracias a mi amigo Isra tiene este aspecto tan bonito, porque yo ando muy mal de tiempo y sólo lo había podido hacer en documento de texto que, lógicamente, no luce tanto. 

Si alguien en concreto lo quiere para descargarlo en otro formato (que los hay) sólo tiene que pinchar aquí: galería.

lunes, 20 de febrero de 2012

detalles sencillos que se hacen enormes


Laura Rosa me escuchó contarle un cuento durante uno de los conciertos-recital de LaRebotica y, desde entonces, quiso volver todos los domingos. Laura Rosa es la hija de Lola Lila y de Sergio Verde, y algunos días ha sido la princesa valiente. También hemos jugado juntas a convertir el mundo en una aventura pisando baldosas o hemos recogido confeti y lo hemos lanzado hacia lo alto. Juntas sabemos bailar, hacer bombones, cantar canciones e inventar historias.

Ayer, Laura Rosa me trajo esta magnífica caja de magdalenas rellenas y alegremente decoradas. También me enseñó su primer diario, en el que ha escrito que me quiere. Así que volvía a casa pensando en qué nos pasa a los mayores para peder de ese modo la confianza cuando crecemos, para dejar de darnos gratis a los demás sin esperar nada a cambio. ¿Quién nos enseña a dejar de hacer felices a los demás por el simple placer de hacerlo?

Creo que esta semana me voy a concentrar en ser un poco como Laura Rosa. Además, como las dos vamos siempre igual de despeinadas, no debe de resultarme tan difícil.

martes, 14 de febrero de 2012

el hombre que llevaba una orquídea y mi reflexión


imagen cortesía de un amigo

Suena la canción Maybe this time en la voz de Liza Minnelli y yo no he conseguido escribir una sola página hoy.  La verdad es que cuando la melodía empieza a desatarse, todo gana otro glamour que hace empalidecer cualquier preocupación. Recuerdo mi primer año en la compañía de teatro Mamadou, cuando dábamos la bienvenida al cabaret y yo aprendía a andar con tacones. La magia del espectáculo oculta cualquier preocupación señalándola con un cañón de luz. Es impresionante. 

Conduciendo hacia el trabajo, por la ruta alternativa que me hace recorrer caminos sinuosos por el campo, pensaba en retomar este blog, que tengo un poco abandonado, hablando de esa escena cotidiana que de pronto despierta mis instintos noveleros y que, después, no llevo a ningún sitio. No sé si lograré hacer de esto una costumbre, últimamente huyo de todo lo que suene a obligación, me aburre. Pero, por hoy puede pasar. 

Esta tarde, camino de "mi librería de costumbre" -me encanta esa expresión- para buscar los libros con los que premiaremos a los alumnos que hayan escrito los mejores poemas del concurso, me crucé en un paso de peatones con mi personaje de hoy. Era un señor mayor, bastante mayor, de los que ya andan renqueando, pero bien comido, de cara ancha y satisfecha, que portaba, con ojos de niño, una enorme orquídea envuelta en papel celofán. La llevaba con las dos manos, cruzada sobre el pecho, mientras en su rostro se dibujaban las mil historias que se debía ir contando. Estaba claro que planeaba algo, estaba claro que fantaseaba con el momento en que le diese esa flor a su mujer o a su amante o a su nieta. 

Yo reniego de estas fechas en las que hay que hacer cosas por obligación, sobretodo demostrar cariño por obligación. Pero hoy, tres alumnos y este señor me han dado una pequeña lección que no esperaba. No toda la gente tiene la misma facilidad para encontrar el momento exacto para decir lo que sienten, no todo el mundo se siente libre de demostrar su amor en cualquier situación. Y, cuando cuesta trabajo y no sabes cómo decirle a la profe que gracias, se venden rosas más baratas. Y, cuando han pasado muchos años y no sabes cómo recordar los primeros días, venden orquídeas monstruosas en la esquina más arriba de mi librería preferida. 

No lo sé. Yo no voy a comprar rosas ni perfumes ni bombones ni tarjetas, no voy a invitarte a cenar, ni buscaré nuestra canción. Para eso ya tuve ayer y tengo mañana. Pero tengo la sensación de que ellos, algunos, sintieron hoy mejores sus cartas (como los dos chicos de primero que se han intercambiado regalos en silencio y se han marchado sin más) y aprovecharon el tópico instante del comercio para mostrar sus sentimientos. 

jueves, 2 de febrero de 2012

porque éste es mi blog y pongo lo que quiero

Porque éste es mi blog y pongo lo que quiero, hoy aprovecho simplemente este espacio para hacerme a mí misma publicidad. Llevo un rato dándole vueltas a la cabeza sobre si era apto o no este espacio para decir que mañana (viernes día 3 de febrero) estaré presentando mis novelas en Sevilla (en Fnac, a las 20.h.). 

Por un lado me parecía vulgar venir aquí a hablar de fechas y, por otro, pensaba que hay lectores míos que conocen este blog pero que no conocen los demás y que, quizá, si supiesen que iba yo a estar en Sevilla sintiesen deseos de compartir un ratito conmigo. 

Al final ha ganado la parte más práctica y he pensado que, al fin y al cabo, este blog es mío y que como yo decido lo que se pone y lo que no, no había ningún problema con publicar aquí fechas y horas. 

Fechas: viernes día tres.
Hora: a las 20h o sea a las ocho.
Lugar: Fnac Sevilla

Y de paso, cuelo una entrevista que me han hecho y que me gusta:

http://www.revistawego.com/2012/02/01/entrevista-a-patricia-garcia-rojo/

¿Por qué no?