viernes, 14 de octubre de 2016

los rituales del otoño que llega y no


Esta mañana, al despertar, entraba en la casa una luz naranja, perezosa, de bostezo entretenido, que daba un aire mágico a los muebles del salón y a los libros. Era como si el dios del otoño hubiese entrado unos segundos a curiosear nuestras estanterías y se hubiese posado, ave cálida, en nuestro universo de viernes. 

Siempre me ha gustado el otoño. Es mi época preferida del año. Salir del asfixia y del tirante para rescatar la media manga, el zapato cerrado que destierra a las sandalias o las noches que piden una chaqueta en la costa. Es cierto que aquí, en el territorio del mar, es difícil ver un árbol que pierde sus hojas y que el cambio de estación se nota en la fruta; pero esta semana ha llovido y las nubes siguen salpicando el cielo. 

Ese paisaje plomizo consigue que cuando un rayo de luz se escapa, luzca con más fuerza, con una entereza casi roja, al señalar el mundo. Cazaría esa luz de otoño y la encerraría en un frasco en la despensa. Con esta luz apetece hacer un bizcocho y cocinar platos de cuchara, apetece acercarse a la frutería a por calabaza o tomar un té mientras la tarde se va desgranando en nuestra casa. 

Me hacen tan feliz las costumbres del otoño... Ponerme la bata sobre el camisón después de la ducha de la noche, buscar unos calcetines porque los pies se me quedan helados con las chanclas de andar por casa, poner la manta en la cama -sólo en mi lado para que Nacho no se pase la noche sudando-, encender el horno para todas esas recetas que han estado aguardando durante el verano... Los rituales del otoño son como besar después de mucho tiempo. 

Y aunque no haya un bosque en el que perderse para recolectar los frutos de este tiempo o para coleccionar hojas marrones, amarillas y rojas, aunque escriba este texto en con sandalias en los pies y continúe bebiendo agua fría, todo mi cuerpo celebra el otoño en la costura, en la creatividad y en la comida. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se te echaba de menos. Ya casi se me olvida la dirección del blog