miércoles, 19 de enero de 2011

sobre hacerse mayor y resfriarse en la independencia


La cosa es que ya no puedes gritar en mitad de la noche para que te traigan agua, en cambio, dejas de tener miedo a la oscuridad y recorres la casa a tientas para llegar a la cocina. Hay, aunque no lo parezca, cierto placer en apoyarse de madrugada en la mesa de la cocina y beber agua mientras la luz queda entra por la ventana. Cuando vuelves a acostarte te sientes extrañamente reconfortado. 

Tampoco puedes tumbarte en el sofá con tu resfriado y esperar que el termómetro, la botella de agua, el teléfono y el almuerzo vengan a buscarte de sus respectivos lugares. El comodín familiar de pedir algo con carita de pena se ha agotado, así que montas una especie de hospital de campaña en el rincón en el que te acurrucas. Sobretodo haces unas buenas reservas de paciencia, porque si te pasa como a mí y no sabes estar enfermo, las horas se hacen interminables. Siempre hay alguien que se apiada de ti y te recomienda películas, porque en estos casos apetece poco leer, o por lo menos a mí todavía no me lo pide el cuerpo. Pero la verdad es que acabas un poco aburrido de estar en la misma posición. 

Recuerdo a mi madre mandándome de la cama al salón para ventilar y del salón a la cama para ventilar. Y las sábanas limpias a mitad del resfriado y la sopa. Por lo general aborrezco la sopa. La primera vez que me resfrié viviendo sola me acerqué al supermercado a comprar sopa de sobre, para mí fue un síntoma de que me encontraba mal. También fue la primera vez que probé la moussaka. 

No lo sé. La cosa es que hay un extraño placer en la supervivencia, lógicamente se echan de menos los mimos y el no tener que hacer nada en la casa. Pero esto de sentir que uno es medio capaz de cuidar de sí mismo, también genera cierta satisfacción. Estornudas y te sientes un héroe anónimo. 

5 comentarios:

Ayllón dijo...

No te intentes convencer... en la enfermedad, donde esté mamá que se quite la autosuficiencia

Anónimo dijo...

hola niña , me he pasado or este otro blog tuyo , espero no te moleste :)
Que cosa no ?
como se extrañan nuestras mamis , y como nos sensibilizamos en la enfermedad?
que importante es estar sanos , y lo estamos y no le damos importancia hasta que pasa algo :(

Un beso , andes mejor!
Cómo te fue con la sopa comprada?
Viste ? no sabe igual , la otra tiene ingrediente secretos ( mimos de madre) :P

Anónimo dijo...

Estoy con Ayllón, donde esté mamá para poderse quejar y que te de mimitos...:)

DANI dijo...

Dentro de unos años probablemente serás tu quien tenga que cuidar a alguien, ya verás que divertido ja ja ja

Besos enormes

La sonrisa de Hiperion dijo...

Siiiiii se echan de menos los mimos... jajaja

Saludos y un abrazo.