miércoles, 16 de febrero de 2011

sobreexcitación literaria


Como estoy trabajando en la carta de presentación para el agente editorial y en la propuesta de edición de la novela que escribí el año pasado, Lobo, no he podido resistir la tentación de releer la novela y volver a corregir todo aquello que no me terminase de convencer.

He tardado dos días en releer y toda la tarde en completar y corregir. Ha salido, como suele pasar, un capítulo más. ¿Cuál es la consecuencia de esto? O mejor, ¿cuál es la consecuencia de estar desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche trabajando en los últimos detalles y en un capítulo más? Pues que ahora estoy que me subo por las paredes, tomándome una tila doble mientras escucho Maybe this time en el ordenador. 

Ha sido un día nublado hasta el atardecer, cuando el cielo se limpió de nubes y apareció azul ante mi ventana. Ha sido un día complicado de trabajo en el que he tenido que enfrentarme a un alumno con una situación familiar muy conflictiva, en el que he jugado también con toda mi clase a identificar pronombres y determinantes -y no he dado crédito porque se han divertido-. Ha sido un día de palabras, de sorprenderme con mis propias palabras, de inquietarme y emocionarme, frustrarme e ilusionarme. 

Ahora debería ser un día de descanso, debería encontrar entre las mantas el silencio reparador... pero mi cabeza no se calla. Creo que si la dejase, escribiría una segunda parte de la novela. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ohhh ... y siii niña!
con todolo que te ha ocurrido hoy , que nooo!
pero buehh ,es natural , tiempo al tiempo , relajate de a poquito ... ya pasa!
Un beso :)

Locura dijo...

escribe!!!
te envidio.

Michelle Durán dijo...

QUÈ PERFECTO SE LEYÒ ESTO :
"La novela que escribí el año pasado, Lobo" ...


SALUDOS

mflorencia dijo...

Dejala!!

La sonrisa de Hiperion dijo...

Silencios reparadores los del escritor... Esos enq ue se reflexiona, y se vive...


Saludos y un abrazo.