miércoles, 6 de abril de 2011

disimulando


Mis padres nos llevaron a Tenerife cuando hicieron 25 años de casados. Me sorprendió ver flores en las copas de los árboles. La vegetación era un regalo único. El domingo, al entrar en una calle de la capital, tropecé con un espectáculo de ramas floridas en blanco y fucsia. Casi no podía concentrarme en la conducción porque mis ojos querían enredarse en los árboles. Ayer, yendo a catequesis con los niños, descubrí que mi camino normal hacia la playa también está preñado de primavera. No sé cómo se llaman estos árboles, pero han pasado todo el año disimulando. Todo el año disimulando justo para este momento. 

A veces disimulamos demasiado, nos empeñamos en guardar tan en secreto que habrá un día en que explotaremos de luz, que se nos acaba olvidando. Por eso, al comenzar a brillar, ni siquiera nos damos cuenta. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son acacias

MARTA MESA dijo...

I love you!!