miércoles, 14 de julio de 2010

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!


Habíamos quedado para frikear toda la tarde en el local de ensayo del grupo heavy del pueblo. Seguía haciendo calor en el mundo y se apuntaba un chico nuevo que estudiaba informática. Llevábamos las cartas Magic y fichas para iniciar una partida de rol. Lo vi aparecer de lejos, alto y serio, vestido con un pantalón gris de chandal y una camiseta de manga corta. Informático.

Yo no sé cómo empezó todo, pero la cosa es que pronto comenzamos a hacer planes porque nos entendíamos. Nos entendíamos realmente bien. Nadie me ha defendido nunca como Rubén, cuando le hervía la sangre y apretaba los puños. Con nadie he invertido tanto tiempo intentando pasarnos un video juego para después ir unas horas a la piscina municipal en época de exámenes. El compañero perfecto de estudios en la biblioteca, mis mismos ritmos, la misma pereza y las mismas ansias por perder el tiempo.

La ciencia ficción llegó de la mano de Rubén y de la mano de Rubén llegaron las novelas por nuestro cumpleaños, las confidencias, las confesiones, la paciencia, las naranjas, los almuerzos improvisados en su casa, el tío Nono de los jueves, las horas muertas charlando de todo y de nada en su habitación, las visitas a Madrid, las canciones absurdas de gatos, cyberdark y todo tipo de frikismos.

Pero de la mano de Rubén, sobretodo, vino el sentirme comprendida y protegida. ¿Y por qué hablo de él hoy? Porque además de echarlo de menos, él vuelve siempre para decirme: "eres mi mejor amiga, aunque suene feo decirlo, así que a mí no me tienes que engañar, yo sé que eres una cría chica, como yo".


¡Ay de ti, Corozaín! Qué millonaria y qué absurda a veces.

3 comentarios:

Rizar el rizo dijo...

Escribe hoy por el porque es tu amigo, simplemente, un amigo de los de verdad. Muy bonito

Anónimo dijo...

La fe en la amistad no tiene precio.

un brazo

Juanfra Gallego dijo...

Tener un mejor amigo es un regalo. No todo el mundo puede decirlo.