domingo, 25 de julio de 2010

cuando el mar ocupa todo mi tiempo (o vienen mis padres y Carolina)


Creo que desde que era niña, jamás había buceado en el mar con los ojos abiertos. El miedo a la sal, a las profundidades, los viejos consejos... Pero Carolina me reta e, impresionada, veo mis manos brillando bajo el agua, nítidas, cristalinas, como si la luz se partiese entre mis dedos y recorriese el camino hacia los cuerpos que conozco y que observo flotar sumergidos.

Tampoco recuerdo la última vez que hice un túnel en la arena, pero Quique se empeña y me lleno las uñas de tierra, la risa y las orejas. Salto olas, vuelvo a jugar a las paletas con Manuel, callado y concentrado, con su media sonrisa cuando la timidez le deja un lado. Mi tío y mis padres me acompañan, junto a Carolina. Es un día de paz. Un bendito día de paz para guardar, como dice Carolina, en el cajón de las cosas preferidas. Aunque acabase con las mejillas arrebatadas por el sol y las rodillas negras.

Para terminar la receta, el día acabó coronado por una cena con actores, por conversaciones de las de antes, por carcajadas de las de antes y caminos y mojitos y encuentros de los de ahora. Recuerdo a Roca en las ruinas del teatro romano, las largas caminatas, las prisas y la guitarra. La noche aparece llena de luz y de propuestas y se ríe de los bostezos que Carolina y yo dejamos escapar rumbo a su casa, cuando la madrugada vuelve a conseguir hacernos un hueco y el río deja de llevar agua.

Sí, efectivamente, un día para guardar en el cajón de las cosas preferidas, como va prometiendo ser éste mientras escribo tras la sal y observo a mis padres en la terraza, morenos y contentos leyendo y curioseándome el mundo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

leerte hace que me encuentre entre algún punto o palabra que me gusta enlazada perfectamente con la anterior y la siguiente, hoy leerte me ayuda a encontrarme un poquito aunque no sabría explicar bien el porqué. un beso :) esos días son para coleccionar

ele* dijo...

lo bueno es recordar al cabo d un tiempo esos días que guardaste en el cajón de las cosas preferidas y aún te alegras más de haberlo echo, porque te motivan por dentro y te sacan una sonrisa por lo bien que te lo pasaste.

Delmar Mary dijo...

sinceramente puedo decir que te habia extrañado sea imaginariamente o mas bien no-imaginaria pero en un mundo casi imaginario.
Asi como habia extrañado escribir algo mas y el entendimiento que siempre se me hace al leerte o ver algun comentario hecho por ti.
Llevandolo a un contexto mas abstracto digamos que talvez porque vos sos aire y yo del mar... aire del mar :P
Abrazos linda!

sandocan en bicicleta dijo...

dias de esos deberian llevarse siempre consigo en aquella heladerita celeste para los dias de playa.

un saludo desde la lejania.