martes, 19 de octubre de 2010

será


Quizá debería haber venido varias veces a contar que estuve en un concierto hasta las cinco de la madrugada en un café teatro que me encantó, que se me clavaron los ojos de una guitarra, que me contengo contigo de una manera imposible ya. Que bautizamos a Juan Pequeño que se ríe cuando le hablo y me imita, que es capaz de encontrar la paz también en mis brazos. Que Ana y Pablo siguen conquistando mi silencio. Que volví a ver a mis padres y estábamos tan guapos que Granada se nos quedó pequeño. O quizá debería haber contado que los domingos en la terraza de Manolo se convierten en verdaderos domingos, que las acuarelas han vuelto a conquistar mi bolso, que la poesía me lleva las costillas amoratadas estos días, que Carmen me cantó su nueva canción entre cajas y botellas vacías. Que me miras desde lejos. Que quiero leer poesía en público y no puedo. Que fue el cumpleaños de Leticia y daba comunicando cuando llamaba. Que salí a las ocho de la tarde del trabajo teniendo una cena por preparar después de una noche de insomnio por culpa de las palabras. Que cotilleaste mis estanterías y tomaste las medidas de mi casa. Que aprendí tres recetas nuevas y fui incapaz de cenar. Que el postre me gustó hasta a mí, que no tolero la dulzura. Que preparé un poemario de doblar y gané el concurso de las cenas. No sé, que no sé si dormir tapada o destapada, que me han regalado otra acuarela que adorna ya mi casa, que todavía no he quitado la mesa... Sí, quizá debería haber venido a decir todas esas cosas que antes habría contado sin problemas, demasiado ocupada en rescatar la belleza para poder saborearla. Como si al contar tus dos monedas una y otra vez te pareciese que tienes quinientas. Narradora, narradora, ¿será que estás siendo feliz y no te has dado cuenta?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial, genial... vaya! Como millones de viajeros sin huellas, he llegado aquí de la nada y en la nada volveré a desaparecer... ¿Sabes? No te conozco ni sé absolutamente nada de ti, pero, en menos de dos minutos he vestido tu cuerpo y he sentido tus letras... en fin... seguiré nadando por el mundo, encantada de tropezarme contigo, sí, sí... sonrío!