domingo, 28 de marzo de 2010

madrid


¿Hablamos de los tejados de Madrid? ¿Del ruido de esta casa vacía y llena de luz? ¿De los ojos azules de Marta cuando está a punto de quedarse dormida y lee Alicia?

Madrid me parece siempre un gigante en movimiento constante, como si todo él estuviese formado de pequeñas hormigas que no dejan de moverse, intrigando, construyendo, transformando. Tiene un algo Madrid que me conquista siempre, que me hace sentirme espectadora de un enorme teatro. Pero me abruma esta ciudad que desconozco, que no sabe quién soy salvo por visitas de dos días. Esta ciudad en la que el amor de mis padres se hizo fortaleza en un pequeño apartamento donde apenas cabía el scalextric.

Tengo muchos recuerdos de Madrid, desde las primeras visitas al zoológico o al parque de atracciones con mis padres hasta los besos en Gran Vía, el sonido de la guitarra, un concierto en cualquier parte, una colección de libros y una fotografía.

Siempre me voy de Madrid con la tentación de quedarme. Me habría gustado poder estudiar aquí, tener tiempo para desentrañar con mi curiosidad mis propios rincones, como hacía en Londres cuando Gastón estaba ocupado y yo me barría las calles intentando cazar un milagro único y particular.

No lo sé. No lo sé... Pero Madrid tiene algo, en su luz, en su ritmo, que me hace sentir llena de sed.

3 comentarios:

Vagamundo dijo...

Madrid tiene la linfa debajo de su piel, el teatro de títeres donde tradición y futuro fingen pelearse, Madrid tiene esa luz, esos olores, esas entrañas por descubrir, esa fuerza, esa magia que envuelve como un halo los recuerdos, esas raíces aéreas... horas me tendrías aquí alabando este dinosaurio liviano, punk y cortesano.

Siempre hay un tren de regreso a Madrid.

PD.
En mi blog, hoy, un retal fotográfico.

Vagamundo dijo...

Madrid soleado, tiempo libre, gafas y calzado cómodo. Te sugiero que callejees por el Madrid de los Austrias (de la Plaza Mayor, cuesta abajo), por las tascas de La Latina, por la abigarrada humanidad de Lavapiés.

Un sitio? Imposible: pero busca el jardín del príncipe de Anglona, allá por Plaza de la Paja. Y déjate llevar.

Patricia García-Rojo dijo...

¡¡Gracias!! Ya te contaré :)