jueves, 15 de abril de 2010

provisionalmente tengo vistas al mar


Sarah me comentaba, el miércoles mientras desayunábamos en inglés, que cada vez la horrorizaba más el sistema que utilizaba la educación española para asignar puestos a sus profesores. "Es que no puedes hacer planes de futuro", me decía escandalizada.

Ayer todos los compañeros comentaron en varias ocasiones que hoy por fin saldrían los destinos provisionales, que sabríamos algo más sobre nuestro próximo año -me siento como si hubiese mirado en una bola de cristal con interferencias-. Yo no les di excesivo crédito, últimamente todos los días eran los señalados por los sindicatos para que saliesen las listas; así que, por primera vez en tres semanas, me desperté sin despertador y estuve remoloneando más de media hora en la cama. He soñado cosas extrañas hoy, así que quería saber si tenían algún sentido y regocijarme en aquellas que me gustaban.

De hecho soñé que llevaba mi maleta azul junto al mar, pero para volver a casa -no sé qué casa-, tenía que nadar y subir escaleras de piedra interminables hasta pasar bajo un arco.

No me he preparado aún el café cuando mi madre llama por teléfono.
-Dime dónde te han dado -me ordena nerviosa y me extraña que no tenga ella los datos.
-¿Ya han salido?

Provisionalmente tengo vistas al mar. Podría vivir en la ciudad de mis últimos veranos e ir a trabajar a un pequeño instituto con un claustro reducidísimo. Podría... Prefiero no soñar despierta.

Pronto el teléfono comenzó a sonar. Compañeros de trabajo de este año y del año pasado llamaban para interesarse por mí y compartir sus destinos. "Eres de la única que no me puedo reír", me decía Carlos, que no ha tenido tanta suerte y aún debe esperar para mirar en la bola de cristal.

-Siempre te han dado los sitios que te han concedido en las provisionales -me decía mi madre muy convencida.

Pero yo no quiero ilusionarme demasiado, no quiero quebrar nada. Como dice mi tía, "tengo todo cruzado" para que el año que viene, cuando levante la cabeza, vea el mar.

3 comentarios:

César Sempere dijo...

Vivir junto al mar no tiene precio. Y sé lo que digo. Ojalá se cumplan tus deseos.

Un saludo,

Juanfra Gallego dijo...

Y yo que me alegro mucho. :D

De qué provincia es la playa??

Jota dijo...

Pues mira, a mí, ese punto de incertidumbre y de nomadismo, aunque sea forzoso, me parece más interesante que saber a ciencia cierta por dónde vas a andar los próximos 20 años de tu vida. ¿Planes de futuro? El futuro es ya el segundo siguiente.
¡Suerte con tu asignación de destino!