viernes, 27 de agosto de 2010

ven a cenar conmigo





Lo bueno de estas nuevas amistades, es la de cosas divertidas que inventan alentadas por la ilusión de Chica. La última idea era bastante sencilla: cenar en casa de Manolo. Pero Chica la llevó más allá decidiendo que imitásemos un programa de televisión en el que, al parecer, se va cada noche a cenar a casa de un comensal y después se vota quién ha sido el mejor anfitrión de todos. 

A mí la idea de competir con comida no me hacía mucha gracia, entre otras cosas, porque no se me da demasiado bien cocinar y tampoco tengo platos estrella. Aunque cuando Chica está emocionado con algo, da igual totalmente lo que a mí me parezca, así que anoche fue la primera cena de "ven a cenar conmigo".

Manolo nos había citado a las nueve en punto para que subiésemos todos juntos a su casa, pero llegamos media hora tarde e hicimos esperar a Héctor en la puerta. Mi hermano también se apuntaba a este extraño plan y no tardó en hacerse su hueco natural por su manera de bromear y lo abierto que es con la gente. La mesa era ya el primer regalo de la cena. Cada detalle estaba cubierto y, cuando descorchamos la primera botella de lambrusco,  ya se prometía una velada divertida. 

Degustamos cada uno de los platos y acabamos jugando al escondite por la casa entre carcajadas porque a Chica le dio uno de sus arrebatos de "saca el niño que llevas dentro". Cuando quisimos acordar eran las tantas de la madrugada.

La casa quedó hecha un desastre, pero nosotros volvimos contentos después del invento del concurso de las cenas. Ahora sólo queda esperar que el siguiente esté al nivel tan alto que marcó Manolo. 

1 comentario:

ángel dijo...

Que bonita mesa, también para esconderse debajo a jugar a las escondidas